Imagina beber el más exquisito champán y la sensación del coito más sensual que hayas tenido, súmale el éxtasis del fumador de opio al darle la primera calada a la pipa y puede que empiezes a hacerte una mínima, infinitesimal idea de lo que se siente al beber la sangre del ganado... disculpa, de un ser humano vivo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Resultados Mascarada...

Bueno pues ya se ha terminado el plazo para realizar la encuesta y el clan que ha recibido más votos y por lo tanto el clan que más seguidores tiene es......... (sonido de tambores):


¡¡¡Los Malkavian!!!



Asi que aqui teneís un pequeño relato sobre ellos, sacado del libro del clan Malkavian.

"- ¡No, no no! -chilló la vieja bruja , con sus colmillos reluciendo hacía Adam- ¡Otra vez cometes el mismo error! Lo estás haciendo todo mal. Siente como la Maldición de Malkav hace pedazos tu mente y derrumba las paredes que ves a tu alrededor. Adam se tambaleó hacía atrás.

- Me va a estallar la cabeza - balbuceó- ¡No puedo soportarlo!.


- Entonces siéntate, pequeño idiota - le recriminó.

Él se dejó caer en una silla, agarrándose la palpitante cabeza como si quisiera evitar que se le partiera por la mitad.


-¿Cómo voy a enseñarte a ser un Malkavian cuando ni siquiera aprendes a enfocar tus poderes?.
Debía de estar loca al pensar que serías un buen Malkavian. Debería devolverte a tu jaula de grillos y a tu lamentable vida como estudioso echándose a perder como vendedor. Bueno, no puedo, ¡así que tendrás que quedarte conmigo!

- Dame sólo un minuto -dijo- Es que ...¡No puedo con esta... esta avalancha mental!


- Si que PUEDES, tontaina. Estás intentando desconectar el proceso justo cuando está empezando a funcionar.


- Dame sólo un minuto. No estoy intentando desconectar nada. ¡Por favor!


- Oh, ahora el estudiante cree que puede aleccional al maestro, ¿verdad? -dijo, dirigiendo su enorme ojo derecho hacía él, a la vez que entrecerraba su vidriado ojo izquierdo- Muy bien. Te daré cinco minutos de paz antes de que empecemos otra vez.


Adam se desplomó en la silla, cubriéndose la cara con las manos y masajeándose los cansados ojos. Estaba agradecido por la tregura momentánea.

-¡Aaaaaaaargh! - le chilló la bruja en su oreja de repente.
Se puso en pie de un salto; su cuerpo era un manojo de nervios desrozados.


- Dijistes cinco... ¡dijistes cinco minutos! -protesto Adam.


- ¡Y tú me CREÍSTE! -rió con deleite.
- Señorita La Veel,

- ¡por favor! ¡No puedo aguantarlo! -gritó- Mi cuerpo no funciona bien últimamente. Mi mente no funciona bien últimamtente. No puedo recordar correctamente las cosas. Mi cabeza parece un colador, y mis pensamientos se me están escapando por los agujeros. Estoy perdiendo mis... ¡mis PENSAMIENTOS!


- Lo que estás perdiendo es tu cordura. Te estás convirtiendo en un Malkavian.

- ¡No! ¡Estoy cuerdo!


- Ah, ya te habías desecho mucho antes de que te encontrara.


- ¡Sólo tuve una crisis nerviosa!


- Sólo tuve una crisis nerviosa -le imitó con un soniquete chillón- Mis nervios sólo habían entrado en crisis. Destruí mis pocos nervios. ¡Yo sólo miraba cómo la totalidad de mi visión del mundo, construida con tanto dolor, se hacía añicos ante mis propios ojos y contemplé el universo grandioso y desnudo en toda su gloria sin restricciones! ¡BAH! Estás más loco que una cabra.


- ¡No!


- Si. Así que más te vale ir haciéndote a la idea.


- ¡No! ¡Tú me has hecho esto!


- Si así que fuera, deberías arrodillarte como signo de gratitud eterna. Pero no; ¡yo no hice más que pasarte la Maldición de Malkav, que te está obligando a completar el proceso que TÚ empezastes al destrozar tu sistema nervioso!


- Duele -gimió- Es doloroso.


- Bien -dijo ella con desdén- Te vendrá BIEN un poco de dolor, especie de mocoso llorica. Ahora vete y consigue un poco de buena basura. Quiero contemplar el infinito durante un rato buscando algo de inspiración acerca de qué hacer contigo. O acerca de cómo hacer pis en el próximo griterío Brujah. Ahora lárgate, ¡Fuera de aquí!


La señorita La Veel señaló la maltrecha puerta blindada que conducía a las escaleras del sótano. Troy, su sirviente ghoul, pasó al lado de Adam, abrió la cerradura de combinación, descorrió el gran pestillo y abrió la puerta.

Adam sintió que una ráfaga de aire fresco entraba en la mohosa y densa atmósfera del sótano. Sin necesitar más persuasión, Adam huyó del refugio de su Sire y corrió hacía la noche.


- Ah, este hijo mío ... -dijo la señorita
La Veel con un suspiro.

- Digno de un joven imberbe salir tan groseramente -dijo Troy mirando hacía Adam con un resto de envidia

- Pero bueno, seguro que el aire nocturno le sentará bien.


- Oh, no -respondió la señorita
La Veel con una sonrisa perversa- Le sentará MAL le sentará pero que MUY mal.

Adam sintió una piadosa liberación según corría por las calles mojadas por la lluvia. Se metió en charcos muy profundos mientras corría, incansable y fuerte, pero atontado, desorientado y perdido.
La fiebre le atrapó, y las calles empezaron a hacerlo otra vez. A retorcerse. A enroscarse una y otra vez, hasta que él ya no sabía qué calle le llevaría a su casa. O si tenía casa. Se supone que las calles no hacían eso, pensó acongojado. Hubo un tiempo en que las calles se comportaban como era debido. Cuando formaban filas claras y ordenadas. Cuando iban hacía donde tú ibas. Pero ahora la presión en sus sienes y el miedo a su garganta y las lágrimas que brotaban en sus ojos eran demasiado para él, y retorció sus pensamientos formando un tenso y apretado nudo gordiano. Entró frenéticamente en un callejón oscuro. La presión crecía y crecía en su cabeza hasta que no la pudo contener por más tiempo. Profirió un penetrante y aterrador grito y golpeó su cabeza contra la pared de ladrillos. La golpeó una vez más, y otra, y otra, hasta que el grito encontró la manera de salir de su cuerpo. Se desplomó sobre la pared, ignorando la preciosa sangre que corría por su cara.

- Oh, bien. Muy bien. Grita. Es muy bueno.


Adam se giró rápidamente, impresionado por la delicada voz femenina que rondaba por detrás de él.
Una mujer hermosa, sensual y descalza estaba apoyada en una escalera de incendios a media altura. Su diáfano y primaveral vestido blanco envolvía su cuerpo como una telaraña de seda. Su pálido cabello rubio descendía alrededor de su cabeza formando delicados rizos. Sus rojos labios se separaron y dijo:

- Es un buen comienzo. Muy buen comienzo. ¿Pero eso es todo lo que crees que es ser un Malkavian? ¿Gritar y golpearse la cabeza?

Adam sintió el despertar de sentimientos lejanos que habían permanecido aletargados desde que se convirtió en vampiro.

- ¿Quién eres? -preguntó, cautivado.


- Pues soy tu ángel de la guarda -dijo con una risa de cascabeles tintineantes- ¡Tu conciencia! ¡Tu Pepito Grillo! ¡El mejor ángel de la naturaleza! Tu psicopedante Karen la Barquera en este mortal río Styx. Oye, ¿Te gustaban? Yo tengo debilidad por el rock malo de los setenta.


- No, yo... yo... Eres mi.... ¿qué? ¿Eres una alucinación?


Ella se sentó en la escalera de incendios.

- ¿Quién no lo es? Todos los de este tugurio somos alucinaciones. Una gran alucinación que todos compartimos, más o menos. Excepto que algunas personas se quedan en casa, en sus hogares ilusorios y algunas personas ansiosas abarcan todo el territorio alucinatorio. Estas personas son llamadas Malkavian y, ¿Sabes qué? Eres una de ellas.


- Soy... ¿qué?


- Yo Malkavian, tú Jane. No, tú Malkavian también, por lo que yo deber ser Jane.
Jane la Loca. No, espera, yo Malkavian también, por lo que soy mí como tú eres nosotros y necesitas recomponerte. ¡Tranquilo! Ahora mismo ismo-ismo. Mírame. ¡Bah-ba-bum-ba-ba-bop!

- ¡Eso es! -dijo Adam, aferrándose a la idea como un náufrago- ESO es lo que necesito. ¡Necesito recomponerme! Yo... Yo, ¡no puedo poner mis pensamientos en orden!


- ¡Nooooooooooooooooo! -chilló Jane, poniéndose en pie de un salto.
Cayó hacía atrás, de la impresión, y aterrizó en un profundo charco de agua estancada.

- ¡DEJA de intentar ordenar tus pensamientos! ¡Ya jamás podrán estar en orden, deja de INTENTARLO! Sólo puedes pensar de forma desordenada. Pero las curvas son mucho mejores que las rectas. - añadió con una voz sexy que fluctuaba despacio y seductoramente; fingiendo estar enfadada- Piensa de forma curva. Piensa retorcido. ¡Sé MUY retorcido!


- Eso es lo que pasa -dijo, jadeando desesperadamente, arrodillándose en el agua embarrada- ¡No puedo poner mis pensamientos en línea ni curvarlos!


- Oh, claro que puedes pensar -dijo Jane descendiendo sinuosamente de la escalera de incendios- Simplemente no puedes pensar CORRECTAMENTE. Sólo puedes pensar ERRÓNEAMENTE.


- ¡Es cierto! -dijo Adam, contento de poder conectar algún pensamiento- PIENSO erróneamente.

Mis pensamientos parecen un gran revoltijo. Cada vez que intento seguir una hebra de mis pensamientos para desenmarañarla, me conduce a otro pensamiento, ¡pero que no está conectado con el anterior de ninguna manera! O que no debería estar conectado. No puedo volver a pensar correctamente. Pienso erróneamente.


- Sí, -dijo ella con una sonrisa- Puedes pensar, pero no de la manera en que solías hacerlo.


Adam no dijo nada. Jane se le acercó, ignorando el barro bajo sus pies descalzos.


- Ves, tu cerebro solía ser el hogar para ti. Y tú eras reacio a los cambios en la calma de tu materia gris. Tus pensamientos solían levantarse por la mañana, cagar, ducharse y afeitarse, ir al trabajo, tomarse el descanso para el almuerzo, babear por la nena de marketing, volver a casa, machacársela y dormirse. Bueno, ¿Sabes qué? ¡Nunca más! ¡Tu cerebro ha saltado de pista! ¡Se ha destrozado! Te has escapado de casa y ¡ya no puedes volver! Tus pensamientos todavía están intentando seguir la misma ruta de siempre, pero ese camino ya no existe. Ni tampoco tus pensamientos pecaminosos con el bombón de marketing. El dolor de tu cerebro proviene principlamente de tu humanidad fingida. Estás haciendo pasar a tu cerebro un suplicio infernal al pensar los pensamientos antiguos y mortales que te han abandonado. (Tampoco te sirvieron de mucho cuando eras un mortal, pero no sacaremos a relucir tu revuelto estado mental).


- Pero cuando te convertiste en vampiro -prosiguió- ¡tu paisaje espiritual sufrió un terremoto que levantó tus viejas carreteras y creó el tornado que cogió tu casa que aterrizo en Oz y te dejó caer encima de la bruja que vivía en la casa que Jack construyó! ¿Y sabes qué? ¡Ya no estás en el plano, seco y estéril campo de trigo de kansas de tu mente y nunca volverás! ¡Deja de intentar continuar por ese camino! ¡Sólo conseguirás causarte problemas y dolor! ¡Estás en nuevos caminos, caminos menos transitados, caminos polvorientos, secos, desiertos, arenosos, llenos de montones de monstruos! ¿Qué vas a hacer pues, Jinete Rojo en las tormentas del mar de la locura?


- Yo... no lo sé -dijó Adam débilmente, agotado de seguir los tortuosos giros de asociaciones de la mujer. La presión en su cerebro era peor que nunca y luchó por recordar sus palabras- Dijiste que eras mi conciencia. ¿Qué debería hacer?


- Deberías escuchar mejor.


- Yo... ¿Qué?


- Tú Makavian. Yo no tu conciencia.


- Vale, vale, mi ángel. Dijiste que eras mi ángel, ¿verdad? Mi ángel de la guarda, ¿correcto? Lo recuerdo correctamente, ¿correcto? ¿Qué debo hacer entonces en su lugar?


- Deberías estar equivocado ¿Correccto?


- ¡Por favor! -imploró- ¡Mi mente es un LÍO! ¡AYUDAME!


- Vamos, vamos, mi querido estudioso -dijo ella, poniéndole sus manos tranquilizadoras en los hombros- Llenaste tus pobres meninges con tanto libro, tantas palabras ordenadas, que seguro que puedes recordar un precedente histórico de respuestas anudadas.


Adam la miró mansamente, confundido.


- ¿Respuestas anidadas?


- ¿Respuestas ANUDADAS? -dijo con énfasis- Un mal nudo aniguo y difícil que tiene tu mente tan apretada, de tal manera que tu cerebro no puede respirar. Puedes usar la solución final de Alejandro a su famoso nudo.


- ¿Alejandro? -dijo- El nudo, ¿El Nudo Gordiano?
Jane asintió con la cabeza.

De repente la solución vino a él. ¡Corta el nudo! ¡Desata el nudo imposible cortándolo en miles de hebras! En su ojo mental convocó una visión de su cerebro como un gran nudo de materia gris, latiendo, negro, donde estaba oprimido y atado en un nudo gigantesco. Según se desarrollaba la visión, asió una espada inmensa y reluciente, y ¡cortó por la mitad el cerebro! ¡Una sangre negruzca salpicaba al separarse en dos mitades la materia gris! Las retorcidas ondulaciones de su cerbreo se deslizaron como serpientes, dejando en su lugar una estela brillante.
Adam perdió el equilibrio, sin aliento y aliviado. La presión de su cabeza se había ido. Entonces se sentó, alarmado.

- Oh no -pensó- Sin cerebro, ¿cómo voy a pensar?


Entonces profirió una risa chillona, larga y resoplante.
- ¡Jua ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja! -gritó de manera histérica.

La vieja bruja, la señorita
La Veel, corrió hacía él.

- ¡Adam! -dijo con precaución- ¿Estás bien?


- ¡No estoy bien! -dijo con un alarido- ¡Estoy mal! ¡Estoy completamente mal! ¡Nunca he estado tan mal en mi vida! ¡Todo lo que conozco está mal! ¡Y yo soy tan FELIZ! No, espera, no soy feliz, estoy triste. No, espera. No estoy triste. Estoy loco. ¡Estoy LOCO! ¡Estoy REALMENTE loco! ¡Muy! ¡Loco! ¡Estoy! ¡Yo! ¡Ja ja ja ja ja ja! ¡Hey, nunca antes había reído así! ¡Es fantástico! ¡Ya sé por qué lo disfrutáis!


- Adam, ¡Lo has conseguido! ¡Has cruzado el umbral! ¿Pero cómo?


- Recibí una visita de
Jane la Loca, mi propio Karen el Barquero. ¡Oh, vaya nena!

- ¿
Jane la Loca? ¡Fue destruida hace 300 años!

- ¡Entonces mi MENTE me estaba gastando BROMAS! ¡Ja JA! ¡Je JEE!


- ¿Qué?


- Era mi subconsciente. ¡Mi Pepito Grillo! Mi puerto en el mar tormentoso de mi psique. Je, je. Esa es buena. Seguro que a ella le gustaría...


- No te entiendo... -protestó
La Veel.

- No, claro que no. ¡No puedes! ¡Afróntalo, a paritr de ahora el alumno tendrá que enseñar a la maestra! Ahora, ¡mírame y TÚ harás que el mundo a tu alrededor se convierta en añicos!"

1 comentario:

Unknown dijo...

Jajaja, y ahora entiendo por qué nunca me salen las cosas claras desde los 21.